Carta Anónima

"No creo que sepas nunca quien soy, porque nunca me has visto. Pero he estado ahí toda la vida, aunque a ti no te importara.
 Tal vez sea una locura, ni yo misma me creo que esté escribiendo esto. Escribir algo es como decirlo, y decirlo, es aceptarlo. Nunca he querido aceptar que me importabas, porque eso significaba que la que no me importaba, era yo. Pero después de todo, ¿qué importa? Soy tan cobarde que he tenido que esperar a este estúpido juego que hace felices a todos para poder ser capaz de escribir esta carta anónima nada anónima, en la que seguramente me reconocerás, aunque soy tan invisible para ti, que tal vez ni siquiera recuerdes a la chica de la que te has reído, la que has ignorado, la que ha sido siempre para ti ese cero a la izquierda en tu lista de amigos populares de los que siempre te rodeabas.
 ¿Y sabes qué? Me da igual. Tu a mi no me habrás visto, pero yo te llevo viendo toda mi vida, aun cuando aún no te había visto. Creo que antes de saber cual era tu nombre, ya eras importante para mi.
 Recuerdo la primera vez que te vi, cuando en el Expreso de Hogwarts coincidí detrás de ti en el pasillo del tren. Se te cayó la varita y yo me agaché a recogerla, pero tu la cogiste sin ni siquiera darme las gracias, mirándome con desdén. No fue la primera vez que me miraste así, ni la última que me dolió a mi. Volviste a verme solo para reírte de mi, para recordarme lo inferior que era mi uniforme, para experimentar hechizos con tus amigos usándome como una burla más.
 Me has ignorado siempre, casi tanto como yo he querido ignorar siempre que me importaba demasiado tu desprecio, que yo siempre iba pendiente de tus pasos y buscándote, mientras que tu pasabas por mi lado sin verme.
 Pero un día llovía, y te vi. Y me di cuenta de que no era odio lo que me hacía sentirme tan mal cuando me despreciabas, sino la gran tristeza de saber que para ti, no existía, ni había existido, ni existiré jamás.
 ¿Y sabes una cosa? No te culpo. Tu eres demasiado todo, y yo soy demasiado nada. No quiero hacerte sentir culpable, solo quiero que lo sepas, ahora que te vas a ir para siempre. Olvida todo, incluso esta carta. Olvídame, y yo intentaré olvidarte.
 Pero no te olvides de una cosa: yo he estado siempre. No me entregues esta carta en el juego, no quiero que me hagas pasar la vergüenza de aceptar lo idiota que soy al reconocer que es mía. Quémala, haz lo que quieras con ella, igual que has hecho siempre conmigo.
 Y ahora, si no sabes quien soy no importa. Pero si no lo sabes es que estás más ciego de lo que pensaba, o yo soy más invisible de lo que creía"

 Tu "Princesa Invisible"

*Nota del autor: esta es la carta que Ever quiso entregarle a Flopy para Scorpius durante el Juego de las cartas Anónimas, y que nunca le llegó a entregar.