sábado, 17 de enero de 2015

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Y que desde hoy, nunca también será nuestro siempre

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Scor: Hace apenas un rato que he cerrado la puerta de mi hogar, tras recibir a la pequeña Luyten. He despedido a Alhena y a Albus, con más miedo del que he querido expresar en mi mirada. Tras dejar su pequeña maleta, la que me ha dado Al, en el cuarto de Cass, me siento en  la mecedora, y siento a la pequeña en mis muslos.

-Veamos a ver, pequeña bruja... Te vas a portar bien, ¿verdad? 

Digo y veo como  la pequeña Luyten, comienza a reír.

-Uy... Que poco me fío yo de ti... -Digo riendo, y beso su suave y regordeta mejilla- Lo primero de todo, vamos a quitarte ese abriguito, gnomillo... 

Digo sonriendo, y con cuidado de que no te caigas de mis brazos, comienzo  a desabotonar los botones de tu abrigo rojo. La pequeña ríe, haciendo fuerzas con los brazos.
-Ey, ¿no quieres que te desnude?  ¡Pero si soy un Malfoy! -Río.- Si no quieres que te desnude un Malfoy... ¿Quién vas a querer que lo haga? 


Bromeo mientras saco las  mangas de tu abrigo, viendo tu hermoso pijamita rosa con topos.

-Que cosa tan mona... -Digo sonriendo, y en ese momento cuando quito su  abrigo, escucho algo caer al suelo. Cuando miro, veo que es un sobre, el cual cojo entre mis dedos con temor, y tragando saliva.



Mi querido amigo…
La más corta historia no se mide en cuánto tiempo vivimos, sino en cómo vivimos el tiempo.
Hoy quiero decirte algo para que no lo olvides y para que no te olvides de ti. Quiero que no dejes correr el tiempo, que luches, que no te dejes vencer pase lo que pase…
Una vez le dije a Ever que no se rindiera, que fuera una guerrera de la justicia en este mundo tan injusto. Haz tú lo mismo, mi querido niño.
Los relojes siguen avanzando por mucho que uno se pare y, mi tiempo contigo, nunca podrá detenerse porque ya se ha detenido allá donde mora la memoria.
No sé si volveré… tengo miedo. Pero no se lo cuentes a nadie, ¿vale? Es un secreto. Tuyo y mío.
Ahora que me estás leyendo, rubito, no llores porque no quiero más que sonrisas y fuerza para ti. Tal vez sea frío despedirse así, pero sabes que odio las despedidas y prefiero quedarme con tu última sonrisa antes que con tu primera lágrima.
Me llevo tu recuerdo a Praga, amigo mío y te voy a recordar en aquellos años felices. Solo así volverán a serlo. Fuimos muy felices. Y lo seremos.
Hay cosas que nunca cambian… Entonces, nosotros tampoco cambiaremos. Y, si cambiamos, que sean solo nuestros cuerpos por el paso de los años. Pero, Ever con nosotros.
Ever con nosotros… O contigo…
Porque tú tienes que seguir y, hoy, sí te hablo con claridad… He encontrado a Emmanuel Gray, pero estoy buscando algo que temo encontrar después que otro o, incluso, que me encuentren antes de poder encontrarlo. Por eso me he ido. Tienes esta carta y, si la tienes, tienes también la pista de Gray muy cerca de ti. Y te preguntarás quién es. ¿Recuerdas que te dije que quizás puediera ayudarte a salvar a Ever?
Emmanuel es un viejo amigo de mis padres. A veces me han hablado de él, pero nunca he sabido dónde está. Te preguntarás también porque te estoy contando esto. Y, es que Emmanuel es, tal vez, la clave para ayudarnos a encontrar esa salvación. Es innefable y estudiaba en la sala del Tiempo del Departamento de Misterios. Enloqueció por su afán de estudiarlo y desapareció sin dejar rastro, pero le he encontrado.
He dejado todo guardado para que solo tú lo encuentres. Solo tienes que entrar en mi casa e ir al desván. Allí encontrarás un baúl de madera con cerradura y cubierto por una sábana cerca de un viejo escritorio de bronce. Dentro del baúl he guardado para ti toda la información que he podido conseguir hasta ahora acerca de él.
Tengo un manuscrito copiado a mano de los informes sobre Emmanuel Gray en el Ministerio. Son los últimos archivos. También he dejado una foto que, tal vez, te sea útil.
Y una nota… Le he encontrado, pero no de la manera más fácil. Le envié una carta que jamás obtuvo respuesta y, gracias a mi última clase de Legeremancia en la Academia, he logrado entender que así es como podemos encontrar a quiénes no sabemos dónde buscar.
Sé que no sabes nada de Legeremancia, pero puede que haya alguien que pueda ayudarte.
Si necesitas ayuda, busca a Samuel Bryson, él es mi profesor.
Dentro del bolsillo del abrigo de Luyten he guardado la llave que abre el baúl. No la pierdas porque está hechizado solo para que pueda abrirse con esa llave y no haya magia capaz de abrirlo.
Ahora tienes a mi hija contigo… Sé que la cuidarás mientras yo no esté. Cuídala como si fuera Cass, como si fuera tu estrella. Y, si no vuelvo, diles a todos que la cuiden tanto como siempre.
Y recuerda que yo pienso estar siempre en tu vida porque soy demasiado pesada para dejarte en paz.
Nunca se sabe lo que puede pasarnos, Scor… Pero tú serás feliz, ¿vale?

Te quiere, tu morena.

Las lágrimas caen veloces por mi rostro, y solo las siento cuando leo su rúbrica en el pergamino: "Tu morena". Alhena, mi morena, mi  amiga, mi hermana, me dice que no sabe si va a volver a casa... Me habla de Legeremancia, de Samuel Bryson, de Emmanuel Gray, y de su miedo... Quise pedirles que no se fueran, pero no lo hice, aún así se habrían ido de igual modo. Hundo los dedos en el pequeño bolsillo del abrigo de Luyten, mientras beso su cabeza. Encuentro esa llave, y escucho la risa de la pequeña estrella, una risa que me  hace llorar... Ríe conmigo, y desconoce que tal vez su madre, no vuelva a casa...

Guardo todo con cuidado en mi dormitorio, en una caja en mi despacho, diciéndome a mí mismo, que pronto guardaré ambas cosas bajo  llave.

-Voy a cuidar de ti, sí voy a cuidar de ti... 

Le digo a Luyten mientras seco mis lágrimas, diciéndome a mí mismo que no va  pasarles nada malo, y que vamos a salvar a Ever. Después cuando siento que soy capaz de aguantarme de llorar, al menos frente a ella, entro en el salón con la niña entre mis brazos.

Ever: Mientras que sostengo a Cass en mis brazos, adormilada tras haber comido su último biberon, te veo llegar con ese pequeño  diablillo
-Vaya pinta de querer dormirse tiene, ¿no?

Scor: No, no tiene ninguna... -Digo sentándome en el sillón a tu lado, deseando que no notes que he estado llorando. Beso la  coronilla de Luyten, y la abrazo fuertemente, mientras la juro protegerla. Ella hace fuerzas con las piernas, para deslizarse de mis brazos.
-Pero que mala eres, estrellita... -Digo sonriendo, y la subo hacia arriba.

Ever: -Uh... -digo, mientras miro a la pequeña estrella haciendo diabluras-. A quien saldrás, venenito... -bromeo, extendiendo la mano para pellizcar su mejilla

Scor: La niña ríe cuando pellizcas su mejilla, y yo la tumbo en mi brazo. En ese momento, el sonido del silbido de un tren, llega desde el exterior.
-¿Qué ha sonado? -Te pregunto.

Ever: Frunzo el ceño cuando escucho el silbido de un tren que no puedo pasar por alto. Te miro, mientras que palidezco, sintiendo un creciente temor en mi alma
-No lo sé... -susurro-.

Scor: Ese sonido vuelve a sonar.
-Ve a mirar, anda... -Digo a sabiendas de que no podré fingir preocupación.

Ever: Cuando me dices eso, siento algo extraño en mi pecho. Asiento con la cabeza mientras que siento como tiemblo y dejo a Cass  en su sillita, donde seguramente, acabará durmiéndose. Me pongo de pie y antes de salir del salón, te miro.

Scor: -Estoy aquí.
Digo y te guiño un ojo. Miro a Luyten entre mis brazos y la llevo contra mí, mientras veo como te vas.

Ever: Asiento con la cabeza y salgo al vestíbulo, acercándome a la puerta. Abro esta con cuidado, con cierto temor, asomándome  por la puerta despacio.

Scor: Al salir, te encuentras con una miniatura del Expresso de Hogwarts. Este avanza por una vía, gracias a un encantamiento. Pasa por delante de ti, llevando en uno de sus vagones, un pequeño frasco de cristal, que contiene un líquido. Avanza deprisa.


Ever: Al ver ese pequeño tren dejando tras de sí una estela de vapor, sonrío mientras que las lágrimas, se asoman a mis ojos. Fue  ese el primer tren que me llevó hasta ti, en aquél lejano día en el que te di aquella varita que perdiste... Bajo el escalón de mi casa, y persigo el tren, a través de la nube de vapor que este deja por la calle. Con una sonrisa nerviosa, logro  alcanzar ese frasco

Scor: Cuando tocas el frasco, el tren se detiene, y la nube de vapor, deja ver una miniatura de Hogwarts. Éste se abre a la mitad, emitiendo un suave ruido, y dejando ver un pequeño pensadero que asciende en el aire.

Ever: El vello de mi piel se eriza cuando veo ese pensadero salir de ese bonito castillo que ha surgido de la nube de vapor. Con  un escalofrío me acerco y vierto el contenido del frasco sobre el pensadero, sintiendo el frío que recorre aquella calle  recorrer mi cuerpo con una gélida caricia. Una vez he vertido el líquido, me asomo al pensadero.


Scor: Mientras Luyten se duerme en mis brazos, tras haber convocado el encantamiento de las burbujas que tanto le gusta a mi hija,  pienso en si estarás ya mirando en aquél pensadero... En ese recuerdo moran siete de mis recuerdos, los primordiales  momentos en tu vida y la mía. Nuestro primer encuentro en el Expresso, el día que volví de Hogsmeade junto a Alhena y Albus,  y me preocupé de que dormida en aquél sofá, te arropé cuidando de tu frío, sin saber que me estabas esperando, la  renovación de tus padres, en la que tomé tu mano por primera vez, en la que cuidé de que la corona de flores, no cayera de  tu cabello, el día en el que asesiné tu niñez, el día en el que te pedí que fueras mía por encima del tiempo y de  siempre, el día que me dijiste que estabas esperando una estrella, el día que ésta nació, y el recuerdo de mí mismo, minutos  antes, echando la llave a un pequeño mueble sobre nuestra cama, un mueble que yo mismo he dejado ahí.

Ever: Veo todo en medio de un sueño que vivo despierta. Todos esos momentos que recuerdo y los que nunca viví, ahora pasan a ser  protagonizados por ti. Puedo verme a mí misma, desde esos instantes en los que ya soy eternidad. Cuando salgo de aquél  espejismo de recuerdos en el que me he dejado caer, siento que apenas puedo respirar, y que las lágrimas se desbordan por mis mejillas. Entonces, vuelvo a casa. Corro hacia esta y subo el escalón, entrando y cerrando tras de mí, pero sin pasar  por el salón en el que tú me esperas, sino subiendo la escalera con prisa, sintiendo como mi corazón golpea con fuerza mi  pecho, tanto que puedo oírlo. Al llegar arriba, abro la puerta de nuestro dormitorio

Scor: Miro a ambas niñas, deseando que la vida no les deje sin padres, pues yo no sabría vivir sin Ever. Escucho sus pasos, cuando  sube la escalera con rapidez, y sonrío, mientras imagino que abre ese pequeño armario, lleno de frascos, en los que he  guardado los recuerdos hasta donde alcanza mi memoria, para que tenga mi vida para siempre. Pero uno de ellos, se escapa del  resto, volando hacia ti, en el mismo momento en el que abras ese pequeño mueble.



Ever: Me acerco a ese armario como si este fuera esa Caja de Pandora que hace tan poco tiempo, el me dijo que era yo. Cuando abro  sus puertas y veo esos pequeños frascos, una sonrisa huye de mis labios, dejando en el aire un suspiro. Las lágrimas ruedan  por mis mejillas al ver esa memoria... Tanta memoria escrita en cristalina agua, que ahora me estás regalando... Y entonces  veo como uno de los frascos, empieza a volar suavemente hacia mí, y yo lo atrapo con cuidado dentro de mi mano


Scor: En ese recuerdo, me verás a mí mismo, en la puerta de nuestro hogar, con mi varita en la mano, apuntando hacia el cielo.

Ever: Cuando veo ese recuerdo, siento un escalofrío. Rápidamente, salgo del dormitorio y bajo las escaleras tan deprisa como mi nerviosismo me permite, mientras que noto en mi pecho el ritmo de mi corazón, cada vez más acelerado. Al llegar a la puerta,  abro esta, y miro hacia el cielo.

Scor: Mientras tú abandonas la casa, yo acuesto a las niñas. Las arropo con cuidado, ternura, tratando a Luyten como si fuera  Cass, a Cass como si fuera Luyten... Ante tus pies, encontrarás un pequeño puzzle de hielo inmortal. En cada una de sus piezas, hay un reloj parado a horas distintas: a cada hora de nuestros momentos juntos. Pero en el cielo, un falso cielo,  la constelación de Cassiopea lo invade todo. Su reina, la estrella Cassiopea, comienza a arder haciendo un ruido hermoso  cuando se convierte en estrella fugaz, tras una delicada explosión. La estrella fugaz comienza a andar por el cielo ficticio.


Ever: Las lágrimas ruedan por mis mejillas y llevo mis dedos a mis labios, mientras que estos tiemblan. Siento mi cuerpo entero  temblando mientras que persigo aquella estrella andando despacio tras ella, sintiendo un nudo en mi garganta

Scor: La estrella fugaz brilla sobre el cielo, puedo verla desde la ventana del dormitorio de Cass, tras haber besado la frente de  las dos pequeñas estrellas, y surcando el cielo, te llevará hasta la puerta trasera de la juguetería, bajo la ventana de tu antiguo dormitorio.

Ever: La calle Autumn está ahora silenciosa. Las luces apagadas tras las ventanas dejan que sea aquella estrella fugaz que  avanza por el cielo la única luz que la ilumina. Yo camino mientras lloro, mientras siento en mi pecho esa emoción que los mortales han querido llamar felicidad aunque ningún nombre podrá hacerle jamás justicia... Me detengo bajo la ventana desde la que un día, te vi esperándome en la parada de mi vida

Scor: Y en el suelo, ante tus pies, una recordadora, con humo rojo. En el cristal se puede leer aquella frase que te dije el día que te pedí que fueras mía. Y de nuevo el ruido de esa estrella fugaz que quiere llevarte de vuelta a casa, mientras yo espero verte venir, frente a la puerta de la misma.



Ever: Con aquella recordadora en las manos, escucho el sonido de aquella estrella mientras las lágrimas besan mi sonrisa, y sigo  aquella luz. Camino por aquella calle sin perder la vista de ese cielo que ahora brilla sobre nosotros, y de lejos, te veo.  Bajo la mirada al verte mientras la sonrisa se hace más brillante, y un soplo de brisa helada peina mi cabello apartándolo de mi rostro. Poco a poco, avanzo hacia ti, y cuando estoy ya muy cerca, levanto el rostro lleno de lágrimas, mientras sonrío.



Scor: Veo tu sonrisa, esa sonrisa que llena mis ojos de lágrimas, pero te sonrío. Sonrío al verte llegar con la suave brisa del  viento invernal, peinando tu hermoso cabello. Miro la recordadora y la señalo.
-Creo que te dice que has olvidado algo... 

Ever: Miro la recordadora, entre mis heladas manos temblorosas. Una suave risa se escapa de mis labios, casi una exhalación, un  soplo de aire que duele, y que se cae al suelo, donde se pierde con la brisa. Luego te miro a ti, sintiendo en el rostro la  caricia del viento, y el poderoso beso de tu mirada en la mía...
-¿El qué...? -pregunto, sintiéndome estúpida porque ahora  sé que hacer.

Scor: Cuando dices eso, miro la recordadora en tu mano, y veo como el denso humo dentro de ésta desaparece, para hacer desaparecer  después el cristal en su alrededor. Algo pequeño y brillante, queda sobre tu mano.
-Casarte conmigo...  



Ever: Veo como ese humo desaparece, como ese cristal se desvanece... Y mientras tanto voy sintiendo el peso de algo que por pequeño que sea, tiene un significado muy grande. Todo mi cuerpo tiembla al ver ese diamante sobre la palma de mi mano, y las  lágrimas caen también a mi mano mientras que una sonrisa se hace más fuerte que estas...Porque las lágrimas que más pesan, son aquellas que se lloran por amor. Levanto el rostro para mirarte, mientras que intento hablar, aunque no puedo hacerlo... Niego con la cabeza suavemente, mientras que con mi mano busco la tuya para poner la palma de esta hacia  arriba, y posar en esta el anillo y mi mano. Te miro a los ojos mientras que el viento del norte nos azota... Y con una  sonrisa, susurro;
-No se me ha olvidado...

Scor: Tus palabras llegan hasta mis oídos, penetrando fuertemente en mi corazón. Con los dedos temblorosos, tomo el anillo que has dejado en la palma de mi mano, y tomo tu mano, permitiéndome llorar porque estoy llorando de felicidad, mientras el frío  invierno cobra vida en nuestra piel.
-Juro que nunca voy a dejar de quererte, porque siempre es poco para todo el tiempo que voy a quererte. -Sonrío mientras comienzo a deslizar ese anillo de compromiso por tu dedo anular.- Y que desde hoy,  nunca también será nuestro siempre, porque siempre a veces significa lo mismo que nunca. -Digo y con un escalofrío, coloco  el anillo en tu dedo.- Ever Dawson... ¿Quieres casarte conmigo?



Ever: Observo cada segundo de ese instante, porque lo quiero grabar para siempre en mi siempre. Cuando ese anillo es colocado en  mi dedo por los tuyos, siento que soy más tuya que nunca. Con una lágrima más que se escapa de mis ojos, alzo la vista  para ver como nace esa pregunta de tus labios. Me quedo en silencio, mientras la escucho: esa melodiosa voz en la que me  reencontré a mi misma. Y ahora lo sé. Sé lo que quiero... Sé que quiero ser tuya para siempre, el primero y único que me despose... Dawson. Pero de Malfoy
-Si... Quiero casarme contigo...



Scor: Ese "sí", me hace llorar ahora con mayor fuerza pero solo por la ilusión que despierta en mí. Sonrío en mitad de esas lágrimas y te rodeo con mis brazos, para cerrando los ojos, posar mis labios en los tuyos, entreabriéndolos después.

Ever: Te beso. Te beso sintiendo que ahora, no tengo nada que esperar, y que ya lo he logrado todo. Mientras las lágrimas ruedan por mis mejillas, enredo mis labios a los tuyos, sintiendo que ahora, son más tuyos que nunca

Scor: Rodeo tu cintura, mientras mis lágrimas y las tuyas se mezclan en nuestros labios, mientras que nos besamos en mitad de esa calle con sabor a invierno. Por mi mente pasan tantos recuerdos, tantos miedos, tanto dolor, tanta dicha, que no podría coger ni uno solo de ellos, en mil años de vida...

Ever: Tiemblo de emoción, pero no de frío... Cuando ese beso termina, te miro a los ojos mientras poso mi mano en tu mejilla.  Con un leve temblor, apoyo mis labios en los tuyos para susurrar una promesa
-Me caso contigo... Me caso contigo... Me caso contigo...

Scor: Esa es la forma en la que me juras matrimonio contra los labios... Una nueva forma de casarse, sin tener que ponerlo  escrito en ningún pergamino. Sin dejar de llorar, sonrío, y te miro a los ojos, alzándote en mis brazos, para volver a  reencontrarme con tus labios. Feliz porque me hayas dicho que sí.

Ever: Te he dicho que sí... Porque ahora sé quien quiero ser. Porque ahora sé que quiero ser tuya para siempre... Porque siempre es poco para todo el tiempo que nos queda por delante, pues tenemos toda la eternidad para amarnos.

Rol de @EverDawson y @Malfoy_Scor el 16 de Enero de 2015

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