domingo, 15 de septiembre de 2013

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Lechuza para Scorpius Malfoy

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La llegada de Antares a la lechucería es lo que estoy deseando toda la semana, y lo último que espero ver fines de semana, pues significa que tú no vendrás. Entiendo que ser Sanador debe ser muy difícil y que necesitas mucho tiempo para estudiar... Aún así, no puedo hacer otra cosa que odiar esos libros que te retienen lejos de mí en los únicos días que puedo estar contigo.

 Hogwarts no es lo mismo sin ti. La Sala Común es más oscura que nunca y los pasillos no parecen los mismos pasillos por los que me cruzaba contigo cuando estabas aquí. Este año no está siendo fácil en Hogwarts. No solo te echo de menos, también extraño a Alhena, Albus, Blair... ¿Te lo puedes creer? Si, hasta a mí me cuesta creerme eso. Además de eso, el distanciamiento con Adrian está haciendo mella en mí. Es muy difícil estar en el mismo sitio que él y no hablarle ni dirigirle la palabra. Pero aunque me ha pedido perdón, no puedo perdonarle después de lo que me hizo, al menos, no aún. Me contó lo de su enfermedad... Me dijo que tú lo sabías. Yo pensé que era una argucia como excusa para que le perdonara. Pero si es verdad... Aún me da más rabia, pues no confió en mí para contármelo. Ahora siento que nunca he sido para él la amiga de verdad que yo siempre creí que era-

 Pero estoy hablando solo de mí... Y a mí lo que más me importa eres tú. ¿Cómo te está yendo en la Facultad? ¿Has hecho nuevos amigos? ¿Y Blair? ¿Sigue tan vago como siempre o ya no es tan vago como antes? ¿Ves a Albus y a Alhena a menudo? Tengo ganas de verte y que me cuentes todas esas cosas... Saber como es tu vida sin mí. Me gustaría poder verte, salir de mi cuerpo y llevar mi alma hasta donde tú estuvieras, verte sin que me vieras, espiarte mientras te desnudas o mientras te duchas, sentarme a los pies de tu cama mientras duermes, y descifrar esas palabras que seguramente se escaparán de tus labios entre sueños... Daría mucho de lo que tengo por pasar veinticuatro horas del día siendo invisible, espiándote, estando contigo sin que tú supieras que estoy. Así sería tu Princesa Invisible... ¿te acuerdas?

 Yo también te imagino cuando no estoy contigo, a veces para poder dormir tengo que imaginarme que duermes conmigo. No es fácil, pues ni siquiera las mejores de mis imaginaciones le hacen justicia a tu realidad, pero es un antídoto eficaz al veneno de la soledad. Tú, has infectado mi alma y ahora apenas puede sobrevivir sin la tuya. Eres artífice de todos mis pecados, a los que me conduces en las noches silenciosas de soledad fría...  Imaginarte no es tan dulce como tenerte, pero aunque no cure mi enfermedad, alivia mi dolor.

 No sé si podrás venir este fin de semana. Yo estaré en Hogsmeade cada viernes, cada sábado, cada domingo... Me encontrarás allí siempre que quieras encontrarme.

 Te quiero. Más de lo que podría quererte nadie en este mundo.

 Siempre tuya, Ever.

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lunes, 9 de septiembre de 2013

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Trabajo para DCAO sobre Babbitty Rabbitty

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Nombre: Ever Dawson
Casa: Slytherin
Curso: Séptimo Año

Babbity Rabbitty aparece en el uno de los Cuentos de Beedle el Bardo, concretamente en "Babbity Rabbitty y su Cepa Carcajeante" Se trata de una bruja muy anciana, que era muy sabia y que trabajaba como lavandera al servicio de un rey estúpido. Era de sangre pura, con el cabello negro y la piel blanca, se la describe como muy anciana. Su forma animaga, era un conejo blanco.

 A este Rey, un charlatán quiso darle lecciones de magia utilizando simples ramas de árbol, de lo que Babbity se reía. Como el rey vio que su lavandera se estaba riendo, sospechó que el charlatán le estaba tomando el pelo y entonces el charlatán obligó a la anciana a que le ayudara a demostrar sus poderes mágicos al rey. Para eso, Babbity debía estar escondida en un  arbusto, mientras él hacía todos los hechizos que el rey le propusiera.

 Cuando Babbity se escondió en el arbusto, el rey le pidió al charlatán que resucitara a su perro muerto, esta no pudo hacer nada. Evidentemente, ningún hechizo puede devolverle la vida a un ser vivo que ya está muerto. Pero la gente empezó a burlarse del rey, que encerró...

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domingo, 1 de septiembre de 2013

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Capítulo 2: "Sonrisas"

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 Crecí como crecería cualquier niña que vive en una juguetería, como si tuviera su propio paraíso para ella sola. Mi padre siempre me tenía con él, y le acompañé en el taller de juguetes, en la trastienda de nuestra tienda, bajo nuestra casa, aún cuando ni siquiera sabía andar. Me solía poner en una de esas sillas para bebés, dejaba que me entretuviera con algún juguete mientras que él reparaba los juguetes o los fabricaba, teniendo que dejarme sola cada vez que sonaba la campanilla y tenía que atender a alguien. 

 Dice que cada vez que me dejaba sola, me ponía a llorar y que acababa desatendiendo al cliente para cogerme en brazos. La mayoría de las veces, los clientes se quejaban, y casi nunca volvían. Pero decía que prefería perder un cliente antes que oírme llorar. 

 La primera palabra que dije, fue "papá". Tal vez la mayoría de los niños aprendan a decir mamá antes que ninguna otra palabra, pero yo nunca la escuché, y no conocía su significado. Creo que hoy en día, sigo sin conocer su significado, pero es algo que tampoco...

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