sábado, 2 de noviembre de 2013

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En aquél banco bajo una farola

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Tras pasar la mayor parte del día escondida en mi dormitorio, salgo de Hogwarts para dirigirme a Hogsmeade. No me he arreglado apenas, tan solo me he vestido con una sudadera, unos vaqueros desgastados, calzado deportivo, y un abrigo gris. Me he dejado la melena suelta, aunque no me la he arreglado apenas. Una vez llego al pueblo, me siento en el banco, por si viniera mi padre, aunque a lo mejor no se acuerda de su loca hija con una rara enfermedad de transmisión sexual contagiada por Scorpius Malfoy y llamada "sililismo"


Compruebo que llevo en el bolsillo la copia que el profesor Miller me ha hecho a la foto de Medea Valdemar en el libro de Las Sibilas. Si ve la foto, me creerá al ver el parecido. O eso espero, al menos. Me enciendo un cigarrillo, abrazada a mi misma, sentada en aquél banco



La diviso en ese banco que se ha convertido en su segundo hogar. Me acerco a ella y susurro -Hola Ever...


Levanto el rostro, soltando el humo del cigarro. Esta vez no me desago de él. ¿Qué mas da? Le observo. Me dan ganas de abrazarle, pero no lo hago -Hola, papá


Ver como no tiras ese cigarro delante de mi, me hace sentirme insultado -Hola hija. ¿Asi es cómo echas a perder tu salud?


Me encojo de hombros -¿Qué más da? Después de lo que según tú me ha contagiado Scor, esto no es nada


Levanto las manos y me masajeo las sienes con los dedos -Ever, no sabia de lo que me hablabas, no te burles de mi ignorancia


-Te lo estaba contando. Si me hubieras escuchado, no habrías dicho esa tontería.



-Quizá...-Suspiro y me siento a tu lado- Tira ese cigarro, por favor



Trago saliva. Doy una última calada y lo tiro lejos de allí -¿Vale? -te miro y me respaldo en el banco


-No, no vale porque cuando me vaya de aqui, fumarás otro y otro -Digo evitando mirarte.



Me encojo de hombros. Subo los pies al banco y me abrazo las piernas flexionando las rodillas



-La indiferencia duele Ever. He venido a verte, no me ignores -Digo malhumorado-



-No te estoy ignorando, papá. Sabes que fumo... ¿Que quieres que te diga?



-Deberias de considerar dejarlo, Ever -Vuelvo la vista hacia ti



-Lo sé, lo sé... -protesto mientras miro al cielo oscuro, pintado por algunos retazos de nube y salpicado de estrellas anónimas, apoyando la cabeza en el borde del respaldo del banco- Pero... Ahora no es momento.

-Y ¿cuando es el momento?¿Cuando ya hayas enfermado? -Me doy cuenta que sin querer estoy alzando la voz-


Te miro, con los ojos tristes. No estoy acostumbrada a que me grites, y en esto momento estoy demasiado sensible. Mis ojos se llenan de lagrimas
   -No me grites...

-Es que parece que no me escuchas Desciendo el volumen de la voz acongojado por tus ojos llenos de lágrimas-


-Si te escucho... Pero estoy mal. Y esa mierda me calma la ansiedad. Sé que lo tengo que dejar y que lo voy a hacer, pero no ahora -miro hacia mis rodillas. Hay una raja en la tela vaquera, por la que asoma una de ellas

Bajo la vista hacia donde tu la llevas. No me gusta ese tipo de ropa pero prefiero no decir nada
   -¿Sabes algo de Scor?


Asiento con la cabeza mientras tiro de un hilo de los vaqueros
   -Le vi el sábado y... -estoy a punto de decir que me quedé dormida con él y que no volví a Hogwarts hasta el domingo por la tarde, razón por la que me quitaron 40 puntos, pero me callo- el domingo también.

-Está bien entonces...vaya me alegro -Elevo las ejas y funzo los labios. Entrelazo mis manos, miro al frente-


Te miro de reojo
   -No me ha escrito dos veces al día como le dijiste que hiciera, por cierto.


-No lo verá conveniente...-Te vuelvo la vista- Ever...¿has vuelto a hablar con tu profesor?



Miro hacia el cielo suspirando largamente
   -Doy clases con él. Y me preguntó como estaba. No lo pagues con él, solo quiere ayudarme.


-Pues por como te veo no parece que te haya ayudado -Humedezco mis labios después de hablar-


-Es que solo puede escucharme. Es la única manera de ayudarme-Hundo las manos en mi bolsillo y saco el papel doblado-


-Sigues pensando lo mismo ¿verdad? -No me atrevo a tomar tu mano, tu rechazo me doleria-



-Mira esta foto y dime si no se parece a mí. -Le entrego el papel de la copia de la foto, doblado- 




Miro la foto que me entregas. La observo. Me detengo en cada linea de sus rasgos. En la pronfundidad de sus ojos. Hago una mueca con los labios
    -No veo el parecido. Es tú...¿abuela?

Te quito el papel
   -Olvídalo -pliego de nuevo el papel, desmoralizada. Me lo guardo de nuevo en el bolsillo y digo- Estaba claro que no ibas a dar tu brazo a torcer...

Te miro extrañado. Apenas sé hablarte
   -Ever, no veo el parecido, a mi no se me parece a ti


-Entonces, ¿qué quieres que te diga? ¿Cómo voy a demostrarte que digo la verdad?



-¡No me puedes hacer creer lo que me cuentas porque me enseñes una foto de una mujer antigua! Asi no funcionan las cosas


Niego con la cabeza
   -No... No hablando con tu hija y no escuchándola si -tiro del hilo de mis vaqueros mientras me muerdo la parte interior del carrillo para aguantarme las lágrimas


-Hija mia, te he escuchado, pero ya te dije que creo que simplemente te has complicado demasiado con ese sueño -Mis ojos se fijan en como tiras de ese hilo, nerviosa y triste y me duele el alma de verte asi

-No era un sueño -te miro, con los ojos llenos de lágrimas, entre furiosa y desolada- Lo sé.



-Ever, es lo que tú crees, pero no quiere decir que sea real -Hablo lo más relajado que puedo a pesar de que este tema me consume.


-Si la hubieras visto no pensarías así... -murmuro, recordando a la niña-



-Podria ser -Me encojo de hombros- Pero no lo soñé yo, no puedo saberlo



"Ni siquiera me preguntas de quien hablo"Pienso.
   -Pero te lo estoy diciendo. Simplemente no confías en mi porque crees que estoy obsesionada con Scor por lo que te dije acerca de que me daba miedo que muriera...

-Ever...-Alzo las cejas- ¿Qué viste exactamente?



Te miro, esperanzada de que me quieras escuchar
  -A tu nieta... -sonrío dulcemente, enternecida por el recuerdo de aquella preciosa niña que me llamaba "mamá"


Veo la ternura con la que pronuncias esa palabra. El brillo que se instala en tus tristes ojos al hablar de ella. El vello de mi piel se eriza. Llevo una de mis manos a mi pecho
   -¿Mi nieta?


Asiento con la cabeza
   -Va a ser preciosa, papá. Tendrá mi pelo, y sus ojos...



Sonrío ante tu rostro lleno de emoción. Una fuerza más fuerte que yo me hace agarrar tu mano -Entonces va a ser preciosa


Aprieto tu mano. Asiento y se me escapa una lágrima
  -¿Entonces me crees?


Tu dolor me enternece
   -Ever...te creo -No estoy seguro al cien por cien, pero voy a intentar hacerlo


Sonrío, aunque la sonrisa me dura apenas unos segundos
   -Se va a morir, papá... -digo antes de abrazarme con fuerza a ti


Te abrazo con fuerza, te siento más pequeña que nunca entre mis brazos
    -Ya verás como eso no pasa, pequeña


Sé que no me crees cien por cien. Que aún dudas. Pero me da igual. Te abrazo con fuerza y dejo que tu abrigo empape todas mis lágrimas


Beso tu cabeza. Intento darte todo el apoyo que necesitas. Te rodeo con toda la fuerza que existe en mi cuerpo


-No puedo dejar que se muera... -digo entre lágrimas-



-Y lo evitarás... -Te aparto de mi agarrando tus hombros para que me mires- ¿Puedo ayudarte de alguna manera?


Levanto el rostro, bañado en lágrimas que me seco con el dorso de mi mano. Niego con la cabeza    -Solo dándome fuerzas...


-Pues tendrás las mias para que sean más -Sonrío y beso tu frente- Si puedo hacer algo me lo haces saber ¿De acuerdo?


- Papá... -te miro y me muerdo el labio. Estoy a punto de preguntarte si puedes darme alguna pista sobre ella, pero finalmente desisto. Tragándome las lágrimas, murmuro- Te quiero...


Entiendo que no terminas la frase,pero ese te quiero en tus labios me hace tan feliz que lo olvido enseguida -No más que yo a ti


-¿Se puede querer más de lo que yo te quiero a ti? -sonrío con tristeza-



-Si -La emoción hace que mis ojos brillen- Como lo hago yo -Beso tu frente-



Coloco la solapa de tu abrigo
   -Es tarde... Vete a casa, estarás cansado...


-¿Quieres que me vaya? -Hago una mueca con los labios-



Acaricio tu mejilla -No, papá. Solo veo esos ojitos de sueño que tienes... Y no quiero ser responsable de tu sueño


Bostezo aposta
    -Has visto bien entonces -Beso tu frente y te abrazo otra vez. Me desprendo de ti y me pongo en pie- Escribeme


Asiento con la cabeza mientras me apoyo en el respaldo del banco y me abrazo las piernas de nuevo
   -Lo haré...


-No te quedes mucho por aqui. Hace frio -Levanto la mano para despedirme de ti antes de desaparecer-


Asiento
  -Tranquilo, papá. Cuídate...





Veo a mi padre desaparecer. En ése momento cuando le veo irse, siento un extraño escalofrío. Recuerdo que en ese futuro mi padre tampoco estaba, o al menos yo no le vi. Siento que me falta el aire. No, eso no puede ser. Sé que si me faltaran ambos, yo no podría vivir. Simplemente no estaría en ese momento, pero tenía que estar. La niña decía "Los abuelos", no cuales. Aunque ya que he pensado en ello, me siento incapaz de pensarlo. Miro al cielo, con la cabeza apoyada en el borde del banco, abrazada a mis piernas flexionadas. El aire frío se cuela por el roto del pantalón en mi rodilla. Busco constelaciones... Me invento nombres de estrellas para llamarlas de alguna manera mientras que ellas me contemplan sin que les importe el mío. Veo a Vera y a su hermano Damen dirigirse a las Tres Escobas. Les devuelvo el saludo con un gesto de la mano Cierro los ojos, cuando me quedo sin nombres para mis estrellas. El frío azota mi cara, el viento acaricia mis labios, los besa con fría dulzura Oigo un silbido y abro los ojos, mirando hacia donde escucho el silbido. Aunque ya le he reconocido antes de verle, sonrío cuando lo hago,manteniéndome abrazada a mis rodillas


Ver que no te pones de pie al verme me inquieta. Sigo mi camino hacia el banco y me siento a tu lado. -¿Cómo está mi niña?


-Bien... -murmuro, mientras me acerco a tus labios para besarlos. Siento un inmenso alivio al hacerlo. Tenía miedo a que no pudiera hacerlo- ¿Qué tal estás?


Sonrío cuando besas mis labios y entrelazo los dedos de mis manos sin dejar de mirarte. -Ahora mucho mejor...


Esbozo una sonrisa. Tal vez se me note que he llorado hace unos minutos, o tal vez notes que no me he arreglado lo suficiente y por esa razón, esbozo mi mejor sonrisa -Eso me gusta...


Sonrío cuando dices eso mientras observo tus ojos, algo enrojecidos y ante todo tristes, muy tristes. -¿Qué te pasa, Ever?


Me encojo de hombros -Estoy deprimida... Mis notas son horrorosas y no estoy contigo todo el tiempo que... -trago- quiera.


Sonrío y acaricio tu mejilla. -Pero ahora me tienes aquí y no tienes que estar triste por ello y en cuanto las notas...-Tomo tu mano.-Sabes que estoy aquí parsa ayudarte.


-Las notas me importan una meiga frita en realidad -me abrazo a ti, apoyada en tu hombro- Por cierto... ¿Recuerdas que el domingo me dijiste que me quitarian por lo menos 30 puntos por no haber dormido en Hogwarts?

Te rodeo con mi brazo y beso tu frente. -Claro...-Río levemente.- ¿Y...? ¿Cuántos te quitaron?



-Cuarenta... -levanto la cara y te miro con una sonrisa rebelde, orgullosa de mis puntos de menos por estar contigo-


Sonrio y beso efímeramente tus labios. -Me siento orgulloso de ser el causante de esos 40 puntos de menos.


-Orgullo Slytherin, príncipe de los rebeldes... -murmuro, mirándote



Imito el sonido de un escalofrio. -Que bonito mote lady Slytherin.-Sonrio y vuelvo a besar tus labios.


Río por lo que haces -¿Le ha gustado, Intruso?



-Lo siguiente, Cassiopeia.-Te guiño un ojo.-Me ha encantado.



Observo tus precioso labios al curvarse en ésa preciosa sonrisa -Eres el príncipe de Slytherin, ¿no?


Me alzo ligeramente de hombros mientras observo tus sonrientes labios. Te miro manteniendo la sonrisa. -¿Tú que crees?


-Para mí lo eres. Lo has sido siempre -acaricio suavemente tu muslo mientras hablo contigo- Hasta cuando te odiaba lo eras.


Sonrío. -Entonces lo soy...-Te miro a los ojos perdiéndote en tu hermosa mirada.- ¿Cuánto me odiabas?


-Mucho... Más de lo que creía que sería capaz de odiar a alguien, mientras te sigo acariciando- ¿Y sabes por qué?


Niego perdido en el mar de tu mirada, ese hermoso mar en el que quiero naufragar por siempre.



-Porque no eras mío... -susurro, contemplando tus bellos ojos grises-



Siento un suave escalofrío cuando pronuncias esas palabras.
    -Yo también te odiaba... -Sonrio acariciando tus labios con mi pulgar


Un escalofrío recorre mi cuerpo al sentir esa caricia
    -¿Cuanto me odiabas?


-Tanto como te amaba...-Sonrío y acaricio tu mejilla.-



Abro los labios para dejar que el aire frío de noviembre los queme al rozarlos. Siento como un fuego interior se propaga por todo mi cuerpo. Cierro los ojos y busco con mis labios tu mano en mi mejilla
    -¿Por qué...?


-Porque pensaba que jamás podría tenerte.-Me pierdo en tu hermosa mirada mientras sonrio




Trago con fuerza. Poso mi mano sobre la tuya y la atrapo con mi otra mano. Beso las yemas de tus dedos, entreabriendo los labios
    -Seré tuya siempre...


Sonrío al sentir la suave caricia de tus tersos labios en las yemas de mis dedos.
   -Yo también... Siempre es poco para todo el tiempo que pasaremos juntos


Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando me dices eso. Cierro los ojos con fuerza mientras recuerdo aquella frase puesta en una corona para tu tumba. Abro los ojos para mirarte, justo cuando dos lágrimas abandonan mis ojos

-Eh...-Sonrío con tenuidad y paso mi pulgar por tus mejillas apartando las lagrimas de estas.-¿Por qué lloras?


-Porque no quiero hablar de tiempo... Quiero que el tiempo no exista. Que muera para que podamos vivir nosotros...


-El tiempo no muere nunca...-Murmuro.-Pero hay muchas maneras de desafiarlo.



-Enséñame una... -susurro, contra los nudillos de tu mano, los cuales beso al rozarlos con cada palabra-


-Amar...-Sonrio y acaricio tus labios.-Amando es la única manera de desafiar al tiempo porque quien ama es eterno.


"Ojalá mi amor pudiera salvarte..." Pienso, mientras suelto tu mano para posarlas en tus mejillas. En contraste con mis manos frías, tu nívea piel quema mis manos
    -Yo te haré eterno...


Sonrío y beso una de tus muñecas.
    -Entonces hoy mismo podría morir feliz.-Digo manteniendo la sonrisa.


Apoyo mi frente en tu frente y al quedarme sin aire, respiro del tuyo
   -No mueras hoy... Ni mañana... -beso tus labios y te rozo estos con mis palabras- Ni nunca...


Sonrío observando tus hermosos ojos.
   -No moriré nunca porque mientras tú me ames nada en el mundo podrá matarme.


Miro tus ojos con intensidad
    -Y si algún día la vida te negara la vida... Respira la mía...


Trago saliva sonriendo emocionado.
   -Te he robado muchas cosas, el corazón, besos, tu primera vez... Pero no sería capaz de robarte la vida

Siento un nudo en la garganta
   -¿Y para que la quiero sin ti? -mis manos ascienden hasta tu pelo, enterrando en este mis dedos


-Para cuidar de tu padre, para cuidar de tus amigos, para cuidar de nuestros hijos, y para cuidar de mi recuerdo.-Sonrio.


Siento como mi corazón se rompe. Recuerdo aquello que aún no ha sucedido, esos diez años después en los que seguía cuidando de tu recuerdo, tomando pociones seguramente para sobrevivir al dolor, y cuidando de nuestra niña
   -Pero yo no quiero cuidar de tu recuerdo -agarro tu pelo entre mis dedos, rozando tus labios al hablar- Quiero cuidar de ti...

-Ya lo estás haciendo...-Sonrío y acerco mis labios a los tuyos.



Las lágrimas ruedan por mis mejillas. Quiero decirte que quiero hacerlo, protegerte, esconderte de la muerte para que esta nunca pueda encontrarte... Pero las palabras que quiero decirte mueren de silencio al caer al abismo de tus labios

Entreabro los labios al mismo tiempo que cierro los ojos para recibir tu beso, ese beso que me salvará de la vida.


Busco tu lengua con la mía para abrazarla. Me dejo llevar por ese beso mientras que tus palabras aún laceran profundamente mi corazón. Agarro tu pelo, acaricio tu nuca y tu espalda. Te beso con ansia, casi con desesperación

Beso tu beso enredando mi lengua a la tuya, sintiendo el placer inmenso que me proporcionan tus labios. Esos labios que quiero besar eternamente.


Poco a poco aparto mis labios de los tuyos, apenas unos milímetros, los suficientes para murmurar quedamente, en un frágil susurro que apenas se escucha bajo el sonido de tu respiración agitada contra mi boca
    -Quiero hacer el amor contigo...


Siento una corriente de electricidad recorriendo mi cuerpo sintiendo que me quedo sin aire y te sonrío.
    -¿Tanto me necesitas?


-Mucho más de lo que te imaginas... -murmuro, mientras pienso en esos segundos que nos quedan, y en como quiero vivirlos


-Tanto como yo a ti es imposible...-Sonrío acariciando tus labios.-Te necesito más que a mi propia respiración.


-Entonces respírame... -susurro, y hasta mi propia voz quema mis labios-



Te guiño un ojo y me pongo de pie.
   -Que mejor manera de respirarte que haciéndote el amor...-Susurro en tu oído y te tiendo la mano

Te cojo la mano, levantándome mientras sus palabras hacen que las llamas de mi fuego se intensifiquen. Te miro a los ojos y recorro la calle contigo, apretando el paso, sin perder de mi mirada tu dulce mirada

Beso tu mirada con la mía y paso mi brazo por tu cintura. Beso tu suave cabello mientras recorremos las calles de Hogsmeade


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