sábado, 24 de enero de 2015

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Besar a un ángel

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En el silencio de mi cómodo salón me encuentro con una muñeca que prometí a Ever que iba a arreglar. No he tenido tiempo hasta ahora  de poder hacerlo, y ella ahora está en mis manos. Esa muñeca, lloraba cuando la traje a mi juguetería y se la regalé a mi hija para  su cumpleaños, a los años, un día Ever vino llorando y me dijo que su muñeca ya no tenía voz.

Sonreí a mi hija y la dije que si, que seguía teniendo voz lo que ya no tenía era llanto porque en sus brazos había dejado de sentir dolor. Ever arrugo el labio inferior hacia abajo y me dijo que ella quería que siguiera llorando para poderla calmar el llanto en sus brazos y la reparé. Han pasado más de diez años desde ese día, y la muñeca hace tiempo que volvió a dejar olvidado el llanto en esa caja de mecanismo bajo su pecho, me dijo que la tenía que arreglar y ahora me dispongo a hacerlo. 

Ahora contemplo a esa muñeca entre mis manos y pienso en devolverla el llanto, es curioso que una niña te pida reparar el llanto para  calmarlo en sus brazos, pero es que esa niña no era una niña cualquiera, era mi hija.


Abro con un pequeño destornillador la caja de mecanismo de la muñeca y encuentro con rapidez un cable suelto. Empiezo a arreglar esa muñeca, conseguiré que vuelva a llorar y que su llanto siga calmándose en los brazos de Ever. Y esa muñeca que ha dejado de llorar me trae un recuerdo...Un hermoso recuerdo de otra muñeca que dejó de llorar...


Verano de 2005

En el taller me encuentro arreglando a una muñeca mientras Lyanna  se encuentra a mi lado. Ella lleva días acompañando mis tardes.

Lyanna: Observo con detenimiento cada movimiento de tus dedos, cuando éstos se esfuerzan por darle vida a una muñeca rota. Observo con detenimiento cada movimiento de tus dedos, cuando éstos se esfuerzan por darle vida a una muñeca rota. 

Edward: Me siento observado por tus hermosos ojos y levanto la vista:
-¿Sabes por qué ha dejado de llorar? -Te pregunto volviendo mirar esos cables sueltos.

Lyanna: Miro esos cables sueltos en un mecanismo que parece haberse roto.
-No... -Murmuro mirándote.

Edward: -Porque nadie ya la recuerda 
Corto uno de los cables para empalmar con uno nuevo, no te miro.

Lyanna: Siento un escalofrío cuando escucho esas palabras. Nadie la recuerda, y ya ni siquiera sabe llorar
-Se ha olvidado hasta de sí misma, se ha olvidado de existir, por eso ya no llora... -Te miro.

Edward: Tus ojos dicen más que tus palabras. Corto el cable y lo empalmo al nuevo.
-Ya nadie llora por los muñecos...

Lyanna: -Ni siquiera lloran por las personas... 
Digo y cierro los ojos tomando aire con fuerza, al recordar a mi hermana. Después te miro:
-¿Y si se le ha roto el corazón, y por eso ya ni siquiera puede llorar?

Edward: Siento un escalofrío cuando dices eso y mis manos se quedan quietas. Si, se la ha roto el corazón como a ti las alas, que  por ello se me antoja que has caído del cielo:
-El corazón es un órgano el cuál se rompe fácilmente...A quien muere por amor.

Lyanna: Asiento y miro tus manos fijas en ese mecanismo, con el que tratas de arreglar el corazón roto de la hermosa muñeca
-¿Quién ha podido romperle el corazón? -Pregunto mirando el mecanismo de esa muñeca.

Edward: ¿Quién ha podido rasgar tus alas? Pienso en silencio mientras que sigo centrado en mi trabajo:
-Una niña que ya no quiere quitarla el llanto porque se ha hecho mayor y ha olvidado a quién tantas risas la dio.

Lyanna: -Vaya... 
Digo y aprieto los labios. Se me antoja algo terrible abandonar un juguete, pero la gente abandona libros, animales y hasta personas. Miro ese mecanismo y me pregunto cómo algo tan hermoso como un muñeco capaz de hacer inmensamente feliz a un niño, puede tener un simple cajón de metal con cables como corazón. Me pregunto porqué no les otorgan el privilegio de tener corazón, y después me respondo a mí misma, que tal vez no se les otorga ese don, para evitarles  sufrimiento, para que no sientan el dolor de su vida cuando éstas se rompen, cuando sus seres queridos, se hacen hombre.
-¿Puedo ayudarte? -Pregunto pues siempre estoy aquí, pero jamás he reparado ningún juguete a tu lado.

Edward: Esa pregunta me arranca una sonrisa y te miro:
-Por supuesto, ya verás que feliz te sientes cuando hayas reparado un corazón

Lyanna: -Nunca he reparado un corazón roto... 
Respondo sonriendo, e irguiéndome en la silla donde me encuentro sentada. ¿Podrá  reparar un corazón roto, alguien a quien le han roto el corazón? Me pregunto mientras te miro
-¿Qué tengo que hacer?

Edward: Te yergues en la silla y yo veo como detrás de ti se abren unas inmensas alas de luz. Me acerco más con la silla hacia ti. 
-Mira es muy fácil, solo tiene que unir este cable con este -Señalo uno azul y otro rojo.

Lyanna: Echo mi pelo hacia detrás con la mano derecha mientras asiento, y acerco mis dedos hasta los cables que señalas. En ese momento me doy cuenta de lo mucho que me tiembla el pulso, y con cuidado mientras trago saliva, atrapo el cable rojo entre mis dedos, para unirlo con el azul
-¿Así? -Pregunto sin unirlo del todo, y al mirarte, siento como mi corazón  vuelve a pararse bajo mi pecho

Edward: Te miro y desprendes luz, una dulzura que llevas cosida a tus labios a pesar de que se me antojan los más tristes que  he visto nunca
-Así, perfecto -Te miro y cojo un punzón para apartar otro cable- El azul ponle sobre el rojo, despacio.

Lyanna: Trago saliva tras perderme en tu mirada, y después asiento y miro aquellos cables. Con mis temblorosos dedos, pongo el cable azul sobre el rojo muy despacio, tal y como tú me pides que lo haga.

Edward: Tus hermosos ojos perfilados por unas espesas pestañas, negras, rizadas, se me antojan hermosas
-Así, no lo sueltes -digo humedeciendo mis labios, algo nervioso por poder respirar el aliento de un ángel- Ahora con esté alicate- Te  lo doy- los giras juntos ¿De acuerdo?  

Lyanna: Te miro y trago saliva de nuevo al sentir como mi mirada, se pierde en el infinito mar de tus azules ojos
-Vale... 
Digo casi sin voz, y llevo mi mano hasta la tuya para agarrar el alicate, sintiendo un profundo escalofrío.

Edward: El roce de tu piel se me antoja el más suave de todos los que he sentido, siento un leve escalofrío que me hace temblar
-Ahora presiona con fuerza -Respiro el aroma de tu piel y no pensé nunca que los ángeles tuvieran ese aroma 

Lyanna: Asiento tragando saliva de nuevo, y sonriendo presiono ese alicate, sintiendo que poco a poco estoy devolviendo la vida a un corazón roto

Edward: -Ahora aparta el alicate. 
Digo cuando yo coloco mis dedos sobre esos cables.

Lyanna: Hago lo que me dices, y mientras te miro siento que algo muy dentro de mi corazón ha cambiado, que el corazón que late  ahora bajo mi pecho, no es el mismo que nació conmigo hace ya tanto tiempo. Y me doy cuenta de que mi corazón, lo  has cambiado tú. Te miro en silencio.

Edward: Rizo los cables con mis dedos y me siento acariciado por tu hermosa mirada, sin mirarte digo
-Ahora voy a atornillar la tapa y veremos si hemos conseguido arreglar ese corazón...

Lyanna: -Vale... 
Digo parpadeando para despertar de ese sueño en el que me estaba dejando caer lentamente, y miro tu mano sobre  el mecanismo de aquella muñeca

Edward: Termino de atornillar la tapa y bajo el vestido de la muñeca. La giro y la quito el chupete:
-Veamos... 


Lyanna: Le quitas el chupete y el llanto de la muñeca, irrumpe en la estancia. La pequeña vuelve a tener llanto, porque vuelve a tener corazón, y yo sin dejar de sonreír, no puedo evitar emocionarme, cuando llevo mis manos hasta mi boca. Además de  ser un ángel, eres también un reparador de corazones.

Edward: El llanto de la muñeca inunda el taller, río
-¿Ves, Lyanna? Los corazones también se pueden reparar... 

Lyanna: Mi nombre en tus labios suena tan hermoso, que ni siquiera puedo reconocerlo. Es como si me hubieras bautizado con otro nombre, tal vez porque has convertido mi viejo corazón en un corazón recién nacido. Pienso en tu frase, mientras que te miro a los ojos, en silencio, porque acabo de enmudecer cuando he perdido mis palabras en las tuyas, y mi mirada  en la tuya.

Edward: Un ángel me mira y siento que también ha reparado un corazón aunque esté no hubiese muerto. Te miro mientras me acerco muy despacio sin dejar de mirarte hasta que cierro los ojos cuando poso mis labios sobre los tuyos.

Lyanna: Tu rostro se acerca a mí lentamente, pero es tan rápido al mismo tiempo que cuando me quiero dar cuenta, tus suaves labios, ya se han posado en los míos, hasta hacerme sentir que yo les he perdido en los tuyos. Cierro los ojos, y entreabro los labios muy despacio, sintiendo un suave hormigueo recorrer mi cuerpo entero

Edward: Estoy profanando los labios de un ángel es lo que siento cuando con suavidad mi lengua busca el laberinto que se encuentra en tu boca. Un temblor recorre mi cuerpo y mi corazón bombea con fuerza, busco tu mano con la mía y la rodeo.

Lyanna: Buscas mi mano con la tuya, reparadora de corazones, y yo enredo mi lengua a la tuya con un escalofrío, cuando  atas la tuya a la mía. Llevo mi mano unida a la tuya hasta mi corazón, para que puedas sentir ese corazón que has reparado mientras que juntos reparábamos el corazón roto de una muñeca, sin darme cuenta de que estábamos reparando el  corazón roto de una mujer: el mío

Edward: Tu mano unida con la mía se posa en tu corazón y siento que bombea mucho más de lo que nunca habrá hecho y que tú me lo quieres contar sin palabras. Mi mano izquierda se posa en tu cabeza, acariciando tu cabello a la vez que te beso con ternura. Nunca he besado a un ángel y no quiero lastimarlo.

Lyanna: Tu mano en mi cabello, me hace recordar que nunca antes me han besado así, que nadie en el mundo me ha besado con la misma ternura con la que tú lo haces. Mi temblorosa mano libre, se posa en tu mejilla derecha, y ladeo el rostro buscando tu beso para perderme en él, con temor a dañarte, con temor de no saber amar el corazón de un juguetero que repara corazones rotos

Edward: El tiempo se paró cuando entraste en mi baluarte de juguetes, en mi taller de ilusiones, y ahora me estás devolviendo el tiempo que guardaste en tu corazón para en este beso cedérmelo. Te beso con pasión,sintiendo que hoy cobra vida mi corazón.

Lyanna: Mi lengua se enreda a la tuya, fusionándome así con tu alma, en este hermoso ritual  inventado solo para los amantes.  ¿Quién inventó el beso? Estoy segura de que fue alguien que no tenía voz con la que hablarle a su amada. Aprieto tu mano dentro de la mía, respirando de tu beso, comulgando con tu alma

Edward: Es mi primer beso porque nunca he besado con amor a nadie. Mi primer beso y me llevo el privilegio de besar a un ángel. Ese beso que se me antoja sabe a cielo y me mantiene en las nubes donde han servido de tu lecho antes de que alguien  te echará de tu cielo para caer a mis brazos. Me aparto de tus labios y llevo tu mano a estos para colmarla de besos sin apartar mi frente de la tuya
-Perdóname...

Lyanna: Tus labios se arrancan de los míos, y me arrancas el alma, cuando abro los ojos, y te miro. Con la frente contra  la mía, besas mi mano, y yo siento mi mirada nublada por las lágrimas
-¿Por qué...? -Pregunto con un hilo de voz.

Edward: Trago saliva con fuerza, aún con el sabor de la miel de tus labios en los míos:
-Por haber besado a un ángel...

Lyanna: Siento un escalofrío cuando dices eso, y llevo tu mano hasta mis labios para dejar un beso sobre uno y cada uno de tus  suaves nudillos. Sonrío, y niego con la cabeza
-Soy yo quien debería pedir perdón por ello...

Edward: -No Lyanna 
Digo a la vez que con los dedos de i otra mano acaricio la suave piel de tu mejilla* Tú no....Yo solo soy un  juguetero que ha profanado los labios de un ángel...

Lyanna:  Aquellas palabras me estremecen, y cierro los ojos ante esa dulce caricia
-No digas eso... -Digo y abro los ojos para mirarte- Eres un ángel que bajó a la tierra para convertirse en juguetero y reparar los corazones rotos...

Edward: Qué suave se me antoja la piel de un ángel, me acerco de nuevo a tus labios queriendo detener el tiempo en ellos, mientras  los juguetes rotos nos esperan para ser reparados

Lyanna: Te beso con infinita ternura, con infinita devoción, y es que ¿cómo no he de devocionar al hombre que me ha devuelto  el corazón? ¿Cómo no idolatrar al hombre que me ha cambiado el nombre? Apoyo mi mano en tu mejilla cálida y suave, para besarte mientras que rezo para que no haya nadie en el mundo capaz de deshacer nuestro beso

2025

La muñeca vuelve a llorar, la muñeca de Ever llora a la espera de sus brazos. Miro a mi lado derecho y ya no está Lyanna se ha evaporado porque solo ha existido en mi mente. Mi ángel, aquella mujer que se llevó el corazón del juguetero en el suyo ahora vive muy lejos de mí. 

Aprieto los labios y siento que una vez más por ella, vuelvo a llorar

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