sábado, 30 de noviembre de 2013

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Las hermanas Valdemar

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Praga es sin duda una ciudad hermosa al mismo tiempo que fría y siniestra. Tras largo rato perdido por las calles de la Ciudad de las Cien Torres llego a Vila Zimní... A pesar de que tal y como indicaba la señora Von Dekem, su casa tenía la torre más alta de toda Vyšehrad, y a pesar de que me djio que una vez llegara a la estación sería fácil encontrarla me he perdido... Pero ahora ya la he encontrado. Nervioso frente a la puerta de su casa tomo aire y llamo golpeando con mis nudillos.

El silencio de Villa Zimnì se rompe con el sonido de unos nudillos tocando la puerta. Miro a mi elfina, la cual recoge una bandeja con un juego de té, y le digo 
   -Abre la puerta, Dora.


Escucho el sonido de unos pasos tras la puerta y entonces veo que esta comienza a abrirse. Una elfina regordeta y  de aspecto cansado me mira. Parece anciana. Sonrío a la elfina.
   -Buenas noches señor.-Dice la elfina.
   -Buenas noches... respondo nervioso.
   -Pase señor.-Hace una pequeña reverencia a modo de saludo y entro en la morada. 
Intento no mirar a mi alrededor aunque me pierde la curiosidad. Escucho que la puerta se cierra y después la elfina se pone por delante de mí. 
   -Sígame señor.
Dice y comienza a caminar por delante mía. La sigo hasta llegar al salón donde me espera la señora Von Deckem.
   -Buenas noches, señora.
Digo algo nervioso y sonrío amablemente. Inclino la cabeza a modo de saludo.

Al ver llegar a mi invitado, me pongo de pie
   -Señor Malfoy... -avanzo hasta él tendiendo mi mano para saludarle- Bienvenido  a Vila Zimnì -sonrío, orgullosa de mi casa-, y a la Ciudad de las Cien Torres. Debo decir que es un placer conocerle.

Estrecho la mano de la hermosa y singular mujer.
   -Créame que el placer es mío señora Von Deckem.-Sonrío amablemente.-Praga es sin duda una ciudad maravillosa.-Suelto tu mano tras estrecharla.

   -Lo es, sin duda -señalo la salida del salón-. Creo que será mejor que hablemos en mi despacho, situado en la torre de mi casa. -le indico que me siga- ¿Le apetece un té o cualquier otra cosa?

   -Oh no, no gracias.-Sonrío y hundo las manos en mis bolsillos comenzando después a seguirla.


Camino hacia la escalera de caracol que conduce hacia la torre, y subo los escalones. Una vez arriba, llegamos a la sala de planta circular, rodeada de libros, con visillos rojos, la jaula con mi lechuza blanca, y una mesa de escritorio con una máquina de escribir antigua. Señalo las butacas que hay junto a la chimenea
   -Por favor, señor Malfoy, siéntese.

Miro a mi alrededor aunque con cierto disimulo.
   -Gracias.-Digo mientras tomo asiento en la cómoda butaca.


   -Y bien, señor Malfoy -murmuro-. Ardo en deseos por saber en qué puedo ayudarle.




Echo la silla hacia delante y cruzo las manos.
   -Eh, esto, verá...-Digo nervioso.-El otro día fui a la biblioteca mágica de  Londres y vi un libro suyo sobre las Sibilas...-Trago saliva nervioso.-Me gustaría saber todo cuanto pueda decirme sobre el sibilismo y las sibilas... Estoy muy interesado en ese tema. 

Sonrío de medio lado
   -Vaya, me sorprende que alguien como usted, de tan alta cuna y noble casta, se interese en un tema como este. Por todos es sabido que los Malfoy no son muy amigos de las artes adivinatorias, y el sibilismo lo es. Tal vez estoy frente a un Malfoy de nueva generación muy distinto a sus costumbres más férreas -sonrío de nuevo-. ¿Y qué hace que un joven como usted se interese en el Sibilismo, señor Malfoy? Ya nadie lo hace... -añado, con cierta pena.

   -Si, soy un Malfoy muy diferente la verdad...-Me humedezco los labios.-Esto ... Verá... Un amigo.-Te miro.-Un amigo me habló del sibilismo y pues eso que me dio por investigar sobre ello y me parece un tema bastante bueno y peculiar.-Sonrío aunque sé que vas a percibir mi mentira en mis palabras.

   -Claro... Ese amigo que todos tenemos -sonrío mientras me acaricio la oreja en un gesto que acostumbro a hacer cuando estoy pensativa-. Bueno... ¿Y qué quiere saber exactamente?
Sonrío aún más nervioso.
   -Todo... Bueno todo lo que pueda contarme claro... -Respondo sin saber que decir.

Elevo las cejas y cruzo las piernas
   -El sibilismo es algo difícil de explicar. Si ha leído mi libro más o menos ya sabrá que peligros entraña y que muy poca gente posee ese don. De hecho, en el mundo, ahora mismo, solo debe haber una persona que lo tiene. Si es que sigue viva, claro -apunto.

Frunzo el ceño.
   -¿A qué se refiere con eso?


   -Las últimas Sibilas de cuya existencia supe eran las hermanas Valdemar... Una de ellas está muerta. Y la otra, nadie sabe donde está -murmuro, alzándome de hombros con elegancia
Asiento ante tus palabras.
   -¿Y qué es lo último que se sabe de esa otra?-Pregunto con extrema curiosidad


Nadie volvió a verla tras la muerte de su hermana... 
   -Me levanto y camino por la estancia. Voy hasta un cajón, del que saco una caja de madera. Con ella entre mis manos, vuelvo a ocupar mi asiento, y abro esta-. Lyanna y Kore Valdemar eran las hijas de Fabiam Valdemar, el hijo de Medea Valdemar, la mujer de la que hablo en mi libro. Este se casó con una mujer procedente de Europa del Este, que trabajaba como trapecista en una compañía Circense... No tenía clase, ni siquiera hablaba su idioma, pero al parecer la amaba tanto que no le importó eso ni nada más -busco en la caja, y al final doy con  la foto que busco y se la tiendo


Observo la fotografía de las hijas de Fabiam Valdemar.
   -Sin duda, son dos mujeres muy hermosas...-Te miro.- ¿Ellas también eran sibilas?-Observo los hermosos ojos de la mujer de la izquierda.

   -Si. Lo eran... -me percato de como observas a la mujer-. Lyanna y Kore se unieron a la misma compañía circense en la que su madre trabajaba... Un circo mágico ambulante, Imaginaerum. Se echó a perder por culpa de los sucesos extraños que ocurrieron... Por desgracia, el Ministerio también le puso muchas trabas y empobreció hasta el punto que clausuró. Por aquél entonces sería principio de milenio. Lyanna y Kore, eran a menudo vistas con un hombre al que llamaban Dante.

   -¿Dante?-Pregunto con cierta curiosidad mientras observo a la mujer. Te miro.- ¿Y usted? ¿Sabe algo de ese hombre? 


   -Por desgracia no. Los lugareños que rodean a la mansión Valdemar solo le describen como un hombre austero y que se relacionaba poco o nada con la gente... Pero cuando estuve en Brujas, en los alrededores de la mansión Valdemar, supe que Lyanna había dado a luz antes de morir... Por desgracia la criatura nació muerta -un escalofrío recorre mi espalda y no puedo disimularlo

Me percato del escalofrío que recorre su cuerpo.
   -¿Lyanna Valdemar parió una hija muerta?-Siento curiosidad por algo que decido preguntar.- ¿Quién de las dos mujeres de la fotografía es ella? 

Me inclino hacia delante y señalo con una uña ovalada y perfectamente manicurada a la mujer morena
   -Ella es Lyanna. Era una mujer muy hermosa... Se lo digo porque tuve el placer de conocerla, hace muchos años.

Observo el rostro de la mujer.
   -Sin duda era muy hermosa si...-Te miro.- ¿Que pasó con ella? ¿Qué fue de Lyanna Valdemar?

   -Murió... -murmuro. Creo haberlo dicho ya, pero el chico parece un poco confuso.- Es de Kore de la que nadie sabe nada. Tal vez siga viva... Aunque no lo sabe nadie. -Le miro-. ¿Por qué tiene tanto interés en todo esto del Sibilismo, señor Malfoy?



Trago saliva nervioso y recuerdo que ya lo dijo antes.
   -Perdón me he liado...-Sonrío.-Bueno...-Me rasco la nuca.-Me interesa ... Es el futuro lo que me interesa.

Enarco una ceja
   -Hace mucho tiempo, una jovencita pasaba por un pueblo del condado de Devon, cuando se encontró con que una espectacular carpa circense, con el rótulo "Imaginaerum", se había montado en una explanada. Magos y muggles acudían a ver los prodigios de ese circo sin par... La trapecista que parecia volar en esa tela roja, el titiritero cuyas marionetas no tenían hilos, la chica que escupía fuego y que se rodeaba de este sin quemarse... Un prodigio tras otro que a la vista de todos, era magia... Magia de verdad -sonrío ampliamente- En una tienda de color púrpura, una mujer joven leía la "buena ventura", pero al contrario de lo que ocurría en el resto de circos, no había bola de cristal ni cartas... Solo ella, un  papel, y una pluma. Cuando la chica se sentó delante de la mujer, le pidió que escribiera en el papel una fecha en la que las dos volverían a verse... La muchacha lo hizo, y la mujer entró en trance. Con los ojos en blanco y las manos sobre la mesa, pareció huir de este mundo... Y cuando abrió los ojos de nuevo, le dijo: "No has venido a nuestra cita en el  tiempo". La muchacha se sorprendió, y preguntó, "¿Por qué?", a lo que la mujer respondió: "Por que en ese futuro, ya no existes" -concluyo-.

Siento un escalofrío cuando dices eso y trago saliva tan fuerte que incluso podrías escucharlo. Temo ese futuro tanto como  temo sentir miedo pero después de todo es el futuro, su futuro lo que más me importa.
   -Creo que a pesar de todo lo que podemos encontrarnos en esos futuros, todo ser humano siente debilidad por el futuro, ¿no cree? Después de todo es nuestro futuro.-Sonrío nervioso. Su presencia me intimida.

   -Y hace bien en ello... Aquella muchacha, de hecho, consiguió averiguar como y donde iba a poner fin a su vida. Esa mujer la ayudó a averiguarlo.Cinco años después de visitar esa tienda en el circo Imaginaerum, pasaría por delante de un teatro de Praga, justo cuando una bomba estallaba... Pero la sibila le dijo cuando y donde ocurriría eso, y esa chica nunca pasó por delante de ese teatro, y ahora... -sonrío, algo emocionada-. Está aquí, hablando con usted.

Siento una extraña sensación cuando me dice eso. Te miro y sonrío al ver su sonrisa.
   -Vaya... ¿Se puede entonces lidiar contra el tiempo?


   -Siempre y cuando sea un acontecimiento, y no una enfermedad contra la que no puede lucharse. Ahora mismo podría caer una bomba sobre nosotros, y de saberlo, no moriríamos. Por eso, y porque ese don me salvó la vida, dediqué mi vida a estudiar  el sibilismo... Y si usted quiere encontrar a la heredera de los Valdemar... -extiendo una mano-. Adelante. Pero no se haga muchas ilusiones... Hace años que voy tras su pista y parece como si se le hubiera tragado la tierra...

Trago saliva ante sus palabras, esas que hacen que sienta como si una bomba destructiva acabase de caer sobre mí ahora mismo. Si no se puede luchar contra una enfermedad, entonces no podré salvar la vida de Ever quien es sin duda la heredera de los Valdemar, aquella a quien la señora Von Dekem no encuentra. Te miro.
   -Mil gracias por esta conversación señorita Von Dekem... Gracias por haberme narrado todo cuanto sabe del tiempo y las sibilas. 

   Y si pudiera ayudarle en más, a fe mía que lo haría, señor Malfoy... -me pongo de pie, alisándome el vestido, y hago sonar una campana de bronce para llamar a mi elfina-. No dude en que, aunque lo veo difícil, si supiera algo de la heredera de los Valdemar, se lo haré saber... Aunque si quiere, puede intentarlo buscando sobre el circo Imaginaerum. Hace tiempo lo intenté sin mucho éxito, pero... quien sabe. El tiempo es caprichoso. -mi elfina, Dora, aparece en la estancia-. Dora, acompaña al señor Malfoy a la salida -me vuelvo hacia él-. Ha sido un placer...

   -El placer ha sido mío señorita.-Hago una reverencia a modo de despedida.-Que tenga usted una buena noche. 


Despido al muchacho con una sonrisa, viendo como se aleja tras la anciana elfina. Miro la caja de las fotos y cierro esta, dándome cuenta de que se ha llevado la foto de las hermanas Valdemar
Sigo a la elfina y tras hacerlo salgo de la casa.
   -Buenas noches.-La digo sonriendo.-Buenas noches y cuídese señor.-Me responde. 
Sigo mi camino y saco de debajo de mi abrigo la fotografía de las hermanas Valdemar, esa que me he llevado sin que Betsabé se diera cuenta. Vuelvo a observar el rostro de Lyanna... "Lyanna Valdemar" murmuro y después miro a su hermana Kore: "Juro por mi vida que te encontraré..." Guardo la fotografía y prosigo mi camino hacia la estación.

Iconos para seguir el rol
@Malfoy_Scor @Ever_Dawson [#PJOC BetsabéVon Dekem]
[Rol del 29 de Noviembre de 2013]

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