viernes, 31 de enero de 2014

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"Nuestra Hija"

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Un día más, Evelyn Moncrieff me lleva hasta Hogsmeade. Una vez allí, nos sentamos en el banco a esperar a Scor, mientras que charlamos.

Cuando él llega, me regala su voz en un precioso susurro, dándonos las buenas noches, mientras que un inmenso alivio recorre mi cuerpo al verle. Cuando Evelyn se va, me dice:


¿Cómo está mi Julieta?



Tus palabras caen sobre mi con la suavidad de un pétalo y con el peso de una roca. Noto mi respiración agitada, tanto como el latido de mi corazón. No digo nada, pues mi voz ha huido... Me acerco a ti y te rodeo con mis brazos, abrazándote
    -Scor...

Tu abrazo me hace sentir un escalofrío. Te rodeo con mis brazos cerrando los ojos, mientras siento que abrazo a dos personas al mismo tiempo.
    -¿Me has echado de menos? -Murmuro.

Siento un nudo en la garganta, mientras oculto mi rostro en tu pecho, respirando tu aroma
   -Creí que no ibas a volver...




Me aparto muy levemente de ti y agarro tu rostro para que me mires. Sonrío dulcemente.

 -¿Por qué dices eso?



Me encojo de hombros, levantando el rostro para mirarte, pero sin soltarte

    -Porque... Creí que ya no me querías -mis ojos están anegados de lágrimas cuando menciono eso con labios temblorosos


Siento un escalofrío.

   -¿Dejarte de querer? Sabes que eso es tan imposible para mí, como dejar de respirar...-Sonrío.-Y jamás podría alejarme de ti, pues aunque me perdiera... Mi corazón volvería a llevarme a ti.

 Una sonrisa cruza mi rostro. Tus palabras afianzan esa promesa que me hiciste y que temí que rompieras
   -¿Sigues queriéndome?

Sonrío y apoyo mi mano en tu mejilla.
   -Desde siempre y para siempre...-Murmuro muy cerca de tus labios.

Un escalofrío recorre mi espalda cuando ese susurro me besa. Cierro los ojos para aproximar mis labios a los tuyos y así suplicarte que me beses

Me detengo y digo en alto
   -Vaya, vaya, ¿a quiénes tenemos aquí? Malfoy y Dawson, ni más ni menos... -río- ¿Preparando  la canastilla, Malfoy?

Reconozco la voz de Cameron Farrel, el insoportable Slytherin rebelde, al que ni siquiera yo pude aguantar en mis años en Hogwarts. Me aparto de Ever cuando estoy a punto de darle un beso y tomo aire, girándome para mirarle
   -Lárgate Farrel y déjanos en paz.

La voz de Farrel me sorprende de pronto. Sus palabras hirientes, no las primeras que escucho de su boca, llegan a mis oídos en forma de lacerantes puñales. Tomo aire y miro a Scor
   -Déjalo Scor... -susurro-.

   - ¿Y por qué se supone que tengo que hacerte caso, Malfoy? -sonrío- Solo quería darte la enhorabuena -río lacónico-. Dime... ¿Tu padre ya se ha enterado de esto? -suelto una carcajada


Las palabras de Farrel hacen que la rabia aumenten aún más en mí. Ignoro las palabras de Ever.
   -Si quieres volver a casa sano y salvo, más vale que te vayas por donde has venido.


Empiezo a ponerme nerviosa. Cojo la mano de Scor
   -No merece la pena, Scor... Vámonos...


   -Ah, claro -digo, alargando mucho la "a"- No se lo has contado, ¿verdad? Papi no sabe que le vas a hacer abuelo con un par de bludggers... -sonrío de forma despectiva- Te da miedo decirle que vas a tener un bastardo sangre sucia  ¿verdad, Malfoy?

En ese momento, siento que mi sangre arde en lo más profundo de mi piel, bajo mis venas. La rabia me invade, y puedo sentirla en los poros de mi piel. El odio que siento en éste instante hacia ti, no puede medirse con  palabras
   -No es un bastardo sangre sucia, ¡ES MI HIJA, MALDITO BASTARDO!-Suelto la mano de Ever y cierro el puño para darte un fuerte puñetazo en la boca, lleno de rabia.

Las palabras de Farrel duelen. Duelen más que ninguna de las que he oído hasta ahora. Me han llamado preñada, zorra, y otra serie de insultos que no merezco, pero que le llamen a ella bastarda sangre sucia, me duele más que cualquier cosa. Las lágrimas empiezan a rodar por mi rostro cuando lo oigo, y apenas tengo tiempo de reaccionar, cuando Scor se avalanza a por Farrel, gritándole
   -¡Scor, no! -grito, agarrándole de la chaqueta, pero la tela de cuero se escapa entre mis dedos y no puedo evitar que le golpees

No tengo tiempo de esquivar el golpe. Me lo propinas con tanta fuerza que caigo al suelo sentado sintiendo un sabor metálico en los labios. El dolor tarda en llegar unos segundos, en los que noto como mis labios arden. En el suelo, humillado, vencido, derrotado, me toco el labio con los dedos y descubro en estos al mirarlos un rastro de sangre. Te miro apretando los dientes

   -¡¿Qué?! ¿EH?-Grito con los ojos llenos de lágrimas por la rabia y el dolor que me ha causado tu insulto hacia  la niña que espero- ¿Ya has perdido los huevos, imbécil? -Espeto con rabia


Siento que me tiemblan las piernas, que el corazón late en mi garganta. Voy a tu lado y te cojo del brazo, viendo la rabia en la cara de Farrel
   -¡Scor! ¡Vámonos, por favor...! -imploro, con voz sollozante, mientras pienso en que no podré defenderte.

Me has hecho sangrar. Ya noto como se está hinchando mi labio. Si hay algo que no soporto, es que toquen mi cara. Rápidamente, me pongo de pie y te doy un puñetazo en el pómulo, tan fuerte como mis fuerzas me permiten
   -¡Hijo de puta!

La fuerza con la que me propinas el inesperado puñetazo, hace que trastabille hacia detrás, pero trato de guardar el equilibrio, la mano de Ever se ha separado de mi brazo, cuando he tropezado. Siento que la rabia crece aún más en mí, y me abalanzo sobre ti
   -¡Maldito hijo de puta!-Digo mientras te agarro por la camisa-  ¡Vuelve a decir algo así de mi hija y te arranco las tripas! ¡¿Me oyes?!-Te zamarreo violentamente-

   -¡POR FAVOR, SCOR! -sollozo, mientras siento la desesperación hacer latir mi corazón con fuerza. Me llevo las manos a la boca, sollozando con desesperación, incapaz de mediar entre ambos, aterrado. Miro alrededor en busca de alguien que me ayude porque en ese momento ni siquiera recuerdo que tengo una varita- ¡QUE ALGUIEN ME AYUDE!

Una sonrisa ensangrentada se despliega delante de tu rostro. Dejo ver mis dientes manchados de sangre y dejo escapar una risa burlona
   -Vaya, vaya... ¿Y encima es una niña? ¿Cómo la vais a llamar, eh? Buscadle un buen nombre porque pasará a la historia como la vergüenza de los Malfoy y de la Noble casa de los Black

Ni siquiera las palabras de Ever pueden contener mi rabia en estos momentos. Sin soltar tu camisa, vuelvo a darte un puñetazo, esta vez en el pómulo-

   -¡SCOR POR FAVOR! -le imploro, asustada, sin dejar de sollozar-


El puñetazo en el pómulo me llena de rabia. Le doy un cabezazo tras cogerle de la cazadora
   -¡¿Te jode, eh?!

El cabezazo que recibo me hace daño y le doy un rodillazo en el estómago aunque no muy fuerte.
   -¡Cierra esa maldita boca, Farrel si no quieres que te tire todos los dientes al suelo!

Cuando Farrel se dobla por la mitad emitiendo un sonido gutural, y abrazándose el estómago, cae al suelo y yo aprovecho esa situación para interponerme entre ambos. Pongo mis manos en el pecho de Scor, intentando empujarle hacia delante, apartarle de allí
   -Scor, por favor... ¡Déjale! ¡Basta! -le suplico- Hazlo por mí... -sollozo.

El dolor de estómago no me permite estar en pie. Siento incluso una naúsea que asciende por mi garganta, causa del fuerte golpe. De costado en el suelo, me retuerzo de dolor

Veo a Farrel en el suelo y después a Ever a la que tardo en hacer caso
   -Ese hijo de puta ha llamado bastarda a nuestra hija, Ever... Déjame que le parta la cara.-Digo con los ojos llenos de lágrimas.

   "Nuestra hija"....
Una sonrisa se aparece entre mis lágrimas y mi terror. Ya lo he oído antes, cuando le has pegado, y apenas podía creer lo que había oído. Pongo mis manos en tu rostro, acariciando tus mejillas con mis pulgares
   - Lo sé... -sollozo-. Pero nosotros sabemos que no lo es... ¿verdad?

Me levanto como puedo, doblado de dolor. Una conquista fallida, una apuesta perdida, y una pelea en la que el derrotado soy yo. Pero sé que no puedo seguir siendo el chulo en esta contienda, ya que quien tiene las de perder, soy yo. Sin ser capaz de erguirme del todo, trastabillando, empiezo a caminar.
   -Me las pagarás, Malfoy... -y resignado, rabioso y vencido,me voy hacia Hogwarts secándome la sangre de la barbilla con el dorso de la mano

Tomo aire para no decirle nada y salir corriendo tras él. Te miro y asiento.
   -Si, lo sabemos... Pero no es justo, ni siquiera ha nacido y ya la están llamando bastarda...-Siento un profundo dolor y trago saliva.

Tus palabras me rompen el corazón. Noto que en ellas hay amor... Amor hacia nuestra niña, y me emociono tanto que no puedo contener las lágrimas
   -Pero nosotros somos los que la tenemos que querer... Y la queremos, ¿verdad?

En ese momento, siento una corriente de distintas emociones. Estoy frente a ti y en ti encierras mi vida, esa vida que crece en ti y que es más mío que cualquier otra cosa en el mundo. En ese momento una lágrima rueda por mi mejilla mientras te sonrío y llevo mi mano hasta tu vientre tratando de encontrarla a ella, mientras siento un escalofrío

Tú lágrima recorriendo mi mejilla, tu sonrisa, tu mano sobre mi vientre... Nunca en mi vida había sentido tanta dicha, dentro de mí. Pongo mi mano sobre la tuya, apretándola contra mi vientre, para que puedas sentirla, como la siento yo, y sintiendo tu amor hacia ella como una bendición. Con un nudo en la garganta, mientras seco tu lágrima con mi pulgar
   -La semana pasada su corazón comenzó a latir... Pero yo creo que será hoy cuando empiece a latir de verdad... El día que su la quiso... -sollozo.

Sonrío emocionado mientras las lágrimas recorren mis mejillas al mirarte. Siento la fuerza que ejerce tu mano sobre la mía en tu vientre y siento que la acaricio a ella, mi pequeña vida, nuestra pequeña gran vida. Trato de contener las lágrimas para hablar, pues hoy siento que la quiero con toda mi alma.
   -Pues entonces su corazón habrá latido desde antes de existir, porque la llevo queriendo toda la vida...

Las lágrimas recorren mis mejillas mientras sonrío. Ahora me siento arropada, ya no tengo miedo, ya no me siento sola. Ahora que sé que la quieres, ahora que sé que es para ti tan grande como para mí... No puedo pedir nada más para ser feliz.Te abrazo con fuerza, con toda la fuerza que tengo, llorando, pero ya no de dolor, sino de emoción y de felicidad
   -Te quiero, Scor... Te quiero...

Te abrazo fuertemente, tratando de encontrarla también a ella en nuestro abrazo. Hundo mi rostro en tu cuello al hacerlo.
   -Y yo a ti Ever...-Beso tu cuello, me aparto para mirarte a los ojos y apoyo mi mano de nuevo en tu vientre.- Siempre es poco para todo el tiempo que pasaremos juntos... Los tres...-Sonrío ahora sintiéndome pleno, más pleno que nunca.

   "Los tres"
Ahora sí... los tres. A partir de hoy, ahora que el tiempo y la muerte ya nos acecha, un hermoso futuro juntos nos espera
   -Los tres... -susurro, y me ato a tus labios en un beso con el que confirmo ese juramento: la eternidad es apenas un segundo, comparada con todo el tiempo que nos vamos a querer-.

Cierro los ojos para besar tus labios, sellando en ese dulce beso una promesa: la promesa de quererte toda mi vida y  más allá de ésta.








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